He visto a hombres llorar. No tantos como a mujeres, pero suficiente para escribir sobre ello. No solo a Nick Nolte en The Prince of Tides, sino también algunos casos como el de Antonio, a quien llamaré de esta forma para proteger su identidad.
Antonio se presentó a consulta angustiado, apenas verbalizó unas cuantas palabras y comenzó a llorar. "Disculpe, no lo puedo evitar". "Está bien", no hay problema. Antonio, es uno de esos tantos hombres a quienes se les ha educado bajo las siguientes consignas: "Los hombres no lloran", "Si lloras, eres una niña", "Aguántese como los machos". Y un día, como solemos decir, ya no pudo más.
Antonio se había ido hacía unos años a Estados Unidos, "a probar suerte", "de loco". Ahí consumió drogas, durmió en los parques, hasta que volvió al cabo de un tiempo a México, "fracasado", a vivir con sus padres.
Al poco tiempo conoció a la que hoy es su pareja y tienen dos hijos, un niño de 6 años y una niña de 3, a quien le angustia terriblemente dejar en la escuela, "me pongo a llorar cada vez que la dejo en la escuela". "¿Por qué?" preguntamos "No lo sé".
Antonio dejó inconclusa la preparatoria, no obstante, había conseguido un puesto de alta responsabilidad como Jefe de Seguridad Informática en una firma contable. Le preocupaba sobremanera cada vez que Recursos Humanos le llamaba con cualquier fin, pues temía que dándose cuenta de su situación académica inconclusa le despidieran.
Había llegado a este trabajo por una recomendación, después de que le liquidarán de una empresa aseguradora en la que tenía también una buena posición, y después de estar sin trabajo varios meses, le habían recomendado en este.
Producto de los meses sin trabajo, había gastado sus ahorros y se había tenido que mudar a un departamento lejos de sus papás, a una que no era "su casa". Insatisfecho con su vida en pareja, pues su mujer era, según sus palabras, "incapaz de cuidar los niños", se encargaba el mismo de llevarlos y recogerlos de la escuela, hacer la tarea con el más grande y jugar con ellos. Su relato reveló una gran tensión en la vida conyugal.
Antonio se encontraba sumamente estresado y deprimido, no dormía, tenía un significativo sobrepeso, y carecía de energía para realizar cualquier tipo de actividad física o tomar el seminario con el cual podría obtener su certificado de preparatoria.
Como Antonio, hombres y mujeres presentan en algún momento de su vida un cuadro depresivo. En las mujeres, dicho trastorno es más frecuente, no obstante, los hombres también pueden presentarlo.
Los síntomas de DEPRESIÓN masculina van de la fatiga, y la pérdida de interés en actividades que antes les eran placenteras, incluido el SEXO, a la irritabilidad, la falta de sueño, así como diferentes tipos de dolor crónico. Con más frecuencia que las mujeres, los hombres tienden a abusar del alcohol y de las drogas en general cuando se encuentran deprimidos, hablan menos de ello, se refugian en el trabajo y consultan menos a los profesionales de la salud. La tasa de sucidios es mayor entre el sexo masculino que el femenino.
La depresión tanto en hombres como en mujeres, resulta de una combinación de factores, entre ellos, la genética, la actividad cerebral y las hormonas. El ESTRÉS asociado a cambios importantes, como la pérdida del empleo, de estabilidad económica, la jubilación, entre otros, pueden disparar un cuadro depresivo.
Es probable además, que la EDUCACION EMOCIONAL de estos varones, juegue un papel importante, pues mientras a las mujeres se les permite socialmente llorar y "desahogarse" no así, en el caso de los hombres. El llanto, es un mecanismo liberador de tensión, que en su ausencia, dicha tensión es acumulada creando un campo de cultivo para procesos inflamatorios y dolorosos.
Si conoces a alguien así:
- Escúchalo
- Evita hacerlo sentir ridículo y/o minimizar sus emociones
- Invítalo a buscar ayuda profesional
- No lo subestimes cuando hable sobre sus deseos de suicidarse
Si eres tu el que se siente así:
- Habla de tus preocupaciones con alguien de tu confianza
- Se objetivo al analizar tus problemas
- No tomes decisiones importantes hasta sentirte mejor
- Busca ayuda profesional
Dentro de las alternativas disponibles para tratar la depresión, aquellas reconocidas por su efectividad y seguridad se encuentran:
- La Terapia Cognitiva Conductual - cuyo objetivo es identificar y corregir patrones de pensamiento y creencias disfuncionales. La función de la terapia no es simplemente "desahogarse" o hablar con alguien, sino recibir ayuda de un profesional para auto-observarse
- El Neurofeedback - normaliza las funciones cerebrales, particularmente en el caso de la depresión se observa un desequilibrio en los lóbulos frontales del cerebro. El Neurofeedback es un procedimiento no invasivo que consiste en entrenar a la persona a que sea ella quien regule su actividad cerebral
- Cambios en el Estilo de Vida - una dieta balanceada y actividad física, contribuyen a la buena salud y liberación de endorfinas que contrarrestan el ánimo depresivo
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