Algunas personas requieren de utilizar medicamentos. Tal es
el caso de María, quien padece una enfermedad autoinmune. En este caso, los
medicamentos le ayudan a contrarrestar el efecto de sus anticuerpos que por
alguna razón, atacan a su organismo.
Otros casos, como las personas que sufren cáncer, precisan
de quimioterapia para en este caso frenar el efecto multiplicador de células
que se reproducen sin control. La quimioterapia en este caso, como en el
primero, son instrumentos que ayudan a la persona y a su médico a salvar su vida.
Aunque incluso en estos casos, se ha demostrado el poder que pueden ejercer estas personas sobre su fisiología, no todos los casos son así.
Muchas personas consumen medicamentos cuando están enfermos.
La mayor parte de ellas buscan una solución rápida y efectiva a sus dolencias.
Su umbral al dolor puede o no ser alto, pero lo que en la mayoría de los casos
sucede es que estas se ven urgidas de volver a su actividad, por lo que
“cortar” una gripe o proceso infeccioso, se convierte en una necesidad
inmediata.
Pocas de ellas confían en el proceso homeostático de su
cuerpo, aquel que lo llevará a recuperar su equilibrio natural. Historias como
la de Norman Cousins (Anatomía de una enfermedad) son escasas.
Menos aún es el número de personas dispuestas a modificar
su estilo de vida –sus hábitos – en pro de conseguir mejoras en la salud. Hemos
escuchado historias de cómo algunas personas en el lecho de muerte mantienen el
cigarrillo prendido, “porque es lo único que les causa placer, y si ya se van a
morir, pues qué más da”. Otras, con advertencias serias a su salud como
pre-infartos y úlceras, siguen consumiendo alcohol, durmiendo poco y
manteniéndose en una carrera desenfrenada que es, su ritmo de vida cotidiano.
Otro es el caso de los miles de niños y adolescentes
sobrediagnosticados con TDA o déficit de atención o ADD (attention deficit
disorder). Todos ellos, o la enorme mayoría pasaran mucho tiempo de su vida
medicados, con lo cual muchos padres y maestros sentirán un gran alivio, sin
advertir que en realidad, los medicamentos hoy día utilizados para este “mal”
no traerán conseguido mejoras ni en lo académico, ni en lo social.
Este no es un manifiesto en contra del uso de medicamentos,
sino como sugiere el Dr. Daniel Amen (psiquiatra por cierto) contra el uso
indiscriminado de ellos. Tan solo hace un par de años una revista para
ejecutivos señalaba que el consumo de medicamentos antidepresivos se había
incrementado en un 70% en el norte
de nuestro país, debido a la violencia en aquellos estados. La pregunta sale
sobrando: es la medicación en estos casos la única o mejor alternativa? O
deberíamos buscar nuevas y mejores
alternativas con objeto de limitar la medicación, reducirla o evitar sus
efectos secundarios?
QUE ES BIOFEEDBACK
El Biofeedback, es un proceso a través del cual la persona
puede escuchar sus procesos fisiológicos internos, aprender de ellos y
controlar aquellos sobre los cuales puede no tener control en la actualidad. Esto se lleva a cabo mediante la colocación de sensores en distintas partes del cuerpo, cuya única función es el registro -esto quiere decir que la persona no recibe ningún tipo de estimulación o descarga eléctrica-, el cual es decodificado a través de un "módem" y convertido en puntuaciones o gráficos que el experto y la persona misma pueden "leer" en una pantalla de computadora. Una vez que la persona se ha familiarizado con éstas, se le entrena para que aumente o disminuya algunas de ellas, lo cual se logra mediante condicionamiento o feedback, visual (a través de luces de colores) o auditivo (a través de tonos).
Aunque en el pasado nos hemos referido al Biofeedback como una técnica o herramienta (para más información lee Biofeedback para controlar el estrés, Los beneficios de la respiración diafragmática y Aprender a respirar con Biofeedback, entre otros) se trata en realidad de un proceso, pues la persona aprende progresivamente a “autorregularse” es decir, a manejar a voluntad diferentes procesos, no solo respirar más pausada y profundamente, sino a incrementar la temperatura de sus manos (lee también el artículo más leído de este blog Manos frías, corazón ardiente?), a modular su ritmo cardiaco (lee por favor el Síndrome del Corazón Roto), a disminuir la sudoración (en El sudor y el estrés), entre muchas otras.
Aunque en el pasado nos hemos referido al Biofeedback como una técnica o herramienta (para más información lee Biofeedback para controlar el estrés, Los beneficios de la respiración diafragmática y Aprender a respirar con Biofeedback, entre otros) se trata en realidad de un proceso, pues la persona aprende progresivamente a “autorregularse” es decir, a manejar a voluntad diferentes procesos, no solo respirar más pausada y profundamente, sino a incrementar la temperatura de sus manos (lee también el artículo más leído de este blog Manos frías, corazón ardiente?), a modular su ritmo cardiaco (lee por favor el Síndrome del Corazón Roto), a disminuir la sudoración (en El sudor y el estrés), entre muchas otras.
El Biofeedback ha demostrado su utilidad en el tratamiento
de diversas condiciones como los trastornos de ansiedad, el dolor crónico, la
constipación o estreñimiento, los dolores de cabeza, la hipertensión, los
trastornos psicomotores, el síndrome de Raynaud, el dolor temporomandibular y
la incontinencia urinaria (para mayor información consulta Evidence Based
Practice in Biofeedback and Neurofeedback).
El Biofeedback o neurofeedback, refiriéndose a su modalidad
en el entrenamiento de ondas cerebrales (EEG-biofeedback) no es solo una “forma
sofisticada de relajación” como señala el Dr. Paul Swingle, autor del libro
Biofeedback for the Brain, sino una alternativa efectiva para la regulación del
sistema nervioso, y en particular cuando hablamos de la parte neuro, de
entrenar a nuestro cerebro para hacerlo más eficiente (más información en Sín
Limite, en este blog) y una alternativa efectiva no solo para el tratamiento de
la depresión, el déficit de atención – la Asociación Americana de Pediatría le
ha concedido el nivel 1 “Best Support Treatment”- y la epilepsia, sino también
en la mejora del desempeño de deportistas de alto rendimiento como el hindú
Abhinav Bindra, la selección de fútbol italiana que consiguiera la copa de oro
en el 2006, y recientemente también sabido que Novac Djokovic, una de las
máximas figuras del tenis, entre muchos otros.
Te sorprendería saber que incluso la NASA ha utilizado el biofeedback?
Pero el biofeedback no es nuevo, data de hace más de 50 años. Escucha
el siguiente video en el que John Lennon habla de haber observado a personas haciendo biofeedback lograr estados similares a los de los yoguis que habían pasado buena parte de
su vida practicando meditación. En este video por cierto, aparece David Rosenboom, pionero en el campo del neurofeedback y su aplicación en la música.
Con el tiempo, y gracias al avance de la tecnología, los
equipos utilizados para Biofeedback se han modernizado y representan un apoyo
invaluable para el tratamiento, como señalamos de diversas condiciones, pero
que además apela a la tendencia natural de los seres humanos a autoequilibrarse,
la capacidad de autorregulación.
Si quieres conocer más acerca del Biofeedback y lo que puede hacer por tí, visítanos
www.transformatuestres.com
Si quieres conocer más acerca del Biofeedback y lo que puede hacer por tí, visítanos
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