Tener roto el corazón no es una metáfora. El SÍNDROME DEL
CORAZÓN ROTO o MIOCARDIOPATÍA DE TAKOTSUBO, cuyo nombre hace referencia a un
molusco, conocida también como Cardiopatía por Estrés, es un tipo de
insuficiencia cardiaca aguda que tiene como causa un debilitamiento repentino
del músculo cardiaco.
Esta alteración que afecta principalmente a mujeres, es
desencadenada por un evento sumamente estresante, como por ejemplo, un
accidente, un diagnóstico de enfermedad o la pérdida un hijo, eventos que
tienen lugar al menos 48 horas antes de que esta insuficiencia se presente, de
acuerdo a algunos estudios. En algunos casos, no solo el ESTRÉS EMOCIONAL, sino
también el ESTRÉS FISICO como sobrejercitarse, pueden provocarlo.
Resulta interesante que pese a mostrar arterias coronarias
sanas, a través de imágenes de resonancia magnética cardiovascular, los
investigadores han observado algunos patrones de inflamación así como una
función reducida del ventrículo izquierdo en estos pacientes.
De acuerdo a los mismos, los desencadenantes de esta
alteración podrían ser complejos e involucrar varios de nuestros sistemas, como
el endocrino y el nervioso.
Es posible prevenirlo?
Aunque se debate acerca de si este tipo de insuficiencia puede ser prevenida, existen en la actualidad alternativas promisorias basadas en el entrenamiento de nuestro ritmo cardiaco.
Nuestro corazón late un número determinado de veces por
minuto, a lo cual se le conoce como Frecuencia Cardiaca (FC). Sabemos que la FC
en estado basal o de reposo se encuentra normalmente entre los 60 y 100 latidos
por minuto y se incrementa cuando realizamos por ejemplo una actividad
aeróbica, es decir cuando nos ejercitamos, hasta los 120 o 140 latidos por
minuto (en algunos gimnasios incluso podrás ver algunas tablas que determinan
la frecuencia ideal para cada actividad deportiva). Una vez que dejamos de
ejercitarnos, nuestro corazón debe de volver a su estado base o de reposo.
Adicionalmente a la Frecuencia Cardiaca, existe otro elemento importante en el funcionamiento de nuestro corazón y es la amplitud de la Frecuencia Cardiaca, es decir, el intervalo de tiempo que ocurre entre latido y latido. A este ritmo con el cual nuestro corazón late se le conoce también como VARIABILIDAD
DE LA FRECUENCIA CARDIACA.
LA VARIABILIDAD DE LA FRECUENCIA CARDIACA (VFC), es en la actualidad un campo de interés importante, pues se ha asociado a ésta con una MEJOR SALUD CARDIOVASCULAR.
LA VARIABILIDAD DE LA FRECUENCIA CARDIACA (VFC), es en la actualidad un campo de interés importante, pues se ha asociado a ésta con una MEJOR SALUD CARDIOVASCULAR.
La VFC puede ser
entrenada, es decir, que podemos enseñar a nuestro corazón a latir de manera amplia y rítmica por medio de la respiración. A través del entrenamiento, logramos no solo que nuestro ritmo cardiaco sea regular y armónico, sino también logramos una mayor amplitud, es decir intervalos de tiempo más amplios. La actividad rítmica de nuestro corazón también se encuentra asociada a la actividad de nuestro sistema nervioso, encontrándose una correlación entre el sistema nervioso autónomo y el sistema cardiovascular.
Dicho entrenamiento se logra a través de instrumentos como el BIOFEEDBACK.
Dicho entrenamiento se logra a través de instrumentos como el BIOFEEDBACK.
Recordemos que "tener el corazón roto" no es una alteración en la
que se presenten anomalías estructurales evidentes, sino que se refiere más bien a
aspectos funcionales, por lo que entrenar a nuestro corazón y a nuestra mente a
MANEJAR EL ESTRÉS podría disminuir este riesgo.
Y por supuesto un estilo de vida saludable en el que se incluya actividad física moderada, dieta baja en grasas y evitar el consumo de tabaco y alcohol, es también una forma de mantener nuestro corazón saludable!
Y por supuesto un estilo de vida saludable en el que se incluya actividad física moderada, dieta baja en grasas y evitar el consumo de tabaco y alcohol, es también una forma de mantener nuestro corazón saludable!
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