Qué sucede después de un accidente? Qué permite a las personas recuperarse y volver a lo cotidiano? El barco se ha hundido, pero el show debe continuar…
Este relato es a propósito de un viaje que acabamos de realizar por el Norte de Europa a bordo de un crucero italiano. Durante nuestra travesía, además de disfrutar de increíbles destinos y puertos, platicamos con la tripulación a bordo: una gran cantidad de nacionalidades y culturas se mezclan y colaboran para que el viaje sea placentero.
Gente de Filipinas, Indonesia, Perú, Honduras, y por supuesto Europa, hablan al menos dos idiomas (en algunos casos más de cinco). Se trata de un ambiente multicultural y complejo. Cada uno de los miembros tiene una historia: una familia lejos, hijos creciendo, pero la paga es buena y mujeres y hombres se alistan por 8 meses como parte de la tripulación, con objeto de mandar dinero a sus familias y pagar la escuela de sus hijos. Muchos de ellos extrañan, pero las jornadas son largas, muy activas, y en todo momento, hay que brindar una sonrisa a los pasajeros. Las mujeres, pero también los hombres, disfrutan hacer bromas a los pequeños pasajeros (niños) porque recuerdan con nostálgica alegría a los suyos.
Cuando el contrato termina, ellos deben volver a sus casas y esperar un plazo de uno a tres meses para ser llamados de vuelta. Para algunos es su primer contrato, otros llevan cuatro. Los más experimentados, toda una vida. La recontratación se basa en las calificaciones otorgadas por los clientes a través del cuestionario de satisfacción llenado el último día, según nos comentan.
Una de esas noches, platicamos con quien nos relata la dura historia del barco hundido; ese día, nos cuenta un miembro de la tripulación “cambió todo”: gente corriendo de un lado a otro, instrucciones confusas, caos. El barco está de lado, por lo que la mitad de los barcos salvavidas no podrán utilizarse. Hay que descender por uno de los puentes, algunos caen al agua, que por cierto está helada. Y aunque la orilla parece muy cerca, nadar en estas condiciones se hace particularmente difícil.
Este miembro de la tripulación (una linda chica muy joven) nos cuenta de la tristeza que siente por los compañeros que no han vuelto: han tenido miedo de volver a embarcarse y repetir la experiencia. Pero muchos, como ella, continúan. Entienden, como otro de los miembros con los que platicamos, que los accidentes suceden, lo mismo en la Marina, que en la Aviación, que “hasta en la misma casa” comentamos.
La vida sigue, y hay que continuar cada uno con sus labores, en el área a la cual han sido asignados según sus “skills” (habilidades). La resiliencia, es una característica claramente observada no solo en quienes continúan después de la tragedia, sino en general, en todos aquellos que tienen que trabajar lejos de sus casas, en un ambiente que si bien se disfruta (mucho más como pasajero) es también de intenso trabajo.
Cada noche hay un espectáculo diferente, lleno de música, luces y mucha diversión: por que el show debe continuar…
A ser resiliente también se aprende.
Vísitanos
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imagen: freedigitalphotos.net
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